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CURSO DE RELIGIÓN EN LAS ESCUELAS PÚBLICAS

¿ELIMINARLO O REPLANTEARLO?

Publicado: 2014-11-16

El tema es bastante impopular, pues contraría a un sector mayoritario e influyente de nuestro país. Me refiero a la eliminación del curso de Religión de las instituciones educativas del Estado. Hubiese sido ideal debatirlo amplia y alturadamente. Enriquecerlo con los aportes de los sectores más representativos de la sociedad. Lejos de esto, el Ministerio de Educación sencillamente ha retrocedido ante el poder de la iglesia. La presentación de 135 mil firmas - en un país de 30 millones de habitantes - por parte de la Conferencia Episcopal Peruana, ha bastado para mantener esta asignatura. A pesar de que nuestra Constitución proclama que el Perú es un Estado Laico, se seguirá dictando con un nombre equivocado. Y es que sería mucho más correcto denominarlo Catolicismo, pues en la práctica es la Iglesia Católica quien determina los contenidos a impartir a niños y jóvenes. 

Entonces, el fondo del debate, antes que la eliminación de dicho curso, debería ser la naturaleza de sus contenidos. En efecto, la realidad impone su replanteamiento, de tal suerte que no tenga el carácter excluyente y discriminatorio, respecto a los estudiantes que profesan otras creencias. En efecto, estos niños y jóvenes son formalmente exonerados de este curso, pero en la práctica deben quedarse fuera del aula en las horas en que se imparte. Si quisiéramos ser justos o equitativos, deberían tener derecho a recibir clases en esas horas de los pastores de las religiones que ellos abrazan. Sin embargo, habría que actuar con cautela, pues esto podría agudizar los conflictos religiosos. La alternativa más viable sería ubicar los contenidos alrededor del componente ético – moral, antes que del doctrinal, considerando que existe relativo consenso sobre la universalidad de los valores.

Consecuentemente. Quienes afirman que eliminar el curso de Religión va a suponer desatender la práctica de valores, asumen que éstos se circunscriben a una creencia en particular. Si vamos al análisis comparativo de las religiones, en todas ellas encontramos una base moral o ética, además de los dogmas de fe. Por ejemplo, se trate de un musulmán, de un hinduista o de un cristiano, los tres buscan el bien común. Sin embargo, nada garantiza que, dentro de cada una de estas tres religiones, todos los creyentes sean virtuosos. Esto implica algo que se sabe, pero que no se enfatiza lo suficiente cuando se tratan temas que aluden a la iglesia. Me refiero a que la forma más eficaz de inculcar valores es con el ejemplo, más que con la disertación teórica. Consecuentemente, a los docentes, además del rol (y desafío) de ser modelos, podemos a lo sumo motivar a los niños y jóvenes sobre la importancia de tener un comportamiento ético correcto. Dicha convicción no debe formarse en base a un premio o un castigo por ello, sino porque la vida será más elevada y feliz con su práctica.

Aterrizando en el terreno curricular, la formulación de los contenidos de esta asignatura debe ser con la mayor apertura y tolerancia. Incluso se podría invitar a participar en su elaboración a los representantes de cada una de las principales iglesias, en una línea de ecumenismo religioso. Acaso no es verdad que éste fue uno de los esfuerzos del Papa Juan Pablo II, quien se reunió con los líderes mundiales de casi todas las iglesias. Por qué no buscar lo que nos une, antes que lo que nos separa. Si se actúa lo más lejos posible de radicalismos (fundamentalismos es un término fuerte), entonces el curso de Religión, Espiritualidad, Ética religiosa, o como quiera llamarse, sería factible de integrar en uno de los ocho aprendizajes fundamentales de la nueva currícula. El segundo de dichos aprendizajes dice a la letra “Actúa en la vida social con plena conciencia de derechos y deberes, y con responsabilidad activa por el bien común”. Consecuentemente, esa búsqueda del bien común debe llevarnos a integrar, antes que excluir, a respetar las creencias de los demás, antes que descalificarlas. Finalmente, si actuamos con actitudes democráticas y acogedoras, habremos dado un elevado y fecundo mensaje de unidad y de amor a nuestros niños y jóvenes.


Escrito por

Billy Crisanto Seminario

Buscador incansable de la verdad. Temperamental y apasionado. Deprimido a ratos, sin embargo me llena de dicha contemplar las estrellas. Cuando me siento mal vuelo al mundo de la fantasía donde encuentro a mi musa a quien colmo de amor y luego...simplemente es


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marginal777

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