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VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN EL DEBATE

EL ICEBERG DE UN PROBLEMA MAYOR

Publicado: 2014-06-15

Dos hechos noticiosos en las últimas semanas han constituido el iceberg de fenómenos con los que lamentablemente convivimos. El primer caso ha sido el de la actriz nacional Magaly Solier, quien fuera víctima de acoso sexual en un medio de transporte público. El segundo es más doloroso aún. Se trata de la presunta agresión a la cantante Edita Guerrero, por parte de su esposo, cuyas lesiones le habrían causado la muerte. Ambos hechos ponen sobre el tapete taras sociales y culturales muy afincados en nuestra idiosincrasia.

Un análisis fundamental sobre dichos casos debe buscar las causas que los fomentan, para luego plantear alternativas de solución. Veamos. Desde tocamientos hasta feminicidios, existen una serie de conductas donde la gran víctima es la mujer. El problema se agrava porque dichos atentados, se realizan muchas veces ante la indiferencia de los testigos. En efecto, esta lamentable inacción frente a flagrantes agresiones, se justifica en el consabido “mientras no sea conmigo, no tengo porque ganarme problemas”. Estamos, qué duda cabe, ante una insensibilidad que se torna en uno de los temas que más nos confronta con nuestra crisis de valores.

Como decíamos al inicio. Debajo de estos condenables actos subsisten prácticas y formas de pensar que a veces son alentados por la propia sociedad. Una de éstas es la cosificación de la mujer, convertida en simple objeto comercial e incluso sexual. Basta observar algunos anuncios televisivos donde se resalta única y excluyentemente su belleza física, y lo que es peor, destinada al goce o al disfrute de los varones. Esta estereotipación de la mujer como sinónimo de belleza física y atractivo sexual ha alentado indirectamente conductas relacionadas con el acoso sexual y con la agresión de que son víctimas.

Si sumamos lo anterior, a una escasa orientación en el hogar, se configura el campo de cultivo de conductas detestables y peligrosas, como el acoso sexual y la agresión hacia la mujer. Surge así este círculo vicioso donde padres inconscientes y maltratadores, lejos de acompañar a sus hijos, los dejan a merced de una programación televisiva donde se exalta la violencia y la sexualidad. Otro tanto lo encontramos en la llamada prensa amarilla. El padre, o el adulto del hogar, compra un diario plagado de noticias sobre actos delincuenciales, y escándalos faranduleros. Ese diario (con una mujer desnuda en la portada) pasa por toda la familia, incluyendo los niños, sin ningún tipo de orientación acerca de sus contenidos.

Ante una realidad notoriamente contraria a la autonomía y valoración de la mujer, aún se pueden tomar algunas acciones. En primer lugar hay que centrarse en la formación ética moral de la persona en sus primeros años. Paradójicamente, es en el propio hogar donde inconscientemente se fomenta el machismo y la cosificación de la mujer. La niña, cuyos padres le asignan el rol de “atender” a su hermano, crece con esta mentalidad de la primacía del varón y con una baja valoración de sí misma. Estos patrones la van a condicionar en el momento en que tenga que hacer respetar sus derechos, como por ejemplo, cuando es víctima de acoso sexual. En el mismo sentido, asumirá como normal el papel de sumisión frente al esposo. Consecuentemente, la agresión (en sus variadas formas), por parte de su pareja, va a ser aceptado, pues eso le enseñaron en su hogar.

Corresponde pues a los entes formadores, como la escuela y los medios de comunicación social, esforzarse por revertir estos estereotipos. Se deben desterrar prejuicios como la inferioridad de la mujer, y la reducción de su valía a su belleza física. Debemos también luchar contra esa insensibilidad que nos lleva a no actuar en defensa de la mujer cuando es víctima de agresión o de acoso sexual. Se trata de que se utilicen los canales correctos, no necesariamente la violencia, para luchar contra todo tipo de agresión. Que nuestros niños y jovencitos aprendan a valorar y respetar a sus pares femeninos. Por su parte, que nuestra niñas y jovencitas aprendan a hacerse respetar y valorarse ellas mismas, y lo más importante, que los padres y adultos les enseñemos con el ejemplo.


Escrito por

Billy Crisanto Seminario

Buscador incansable de la verdad. Temperamental y apasionado. Deprimido a ratos, sin embargo me llena de dicha contemplar las estrellas. Cuando me siento mal vuelo al mundo de la fantasía donde encuentro a mi musa a quien colmo de amor y luego...simplemente es


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marginal777

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