Imaginemos un futuro escenario político, con una encarnada segunda vuelta entre el fujimorismo y el Movadef.  Esto no tiene tanto de espectacular, pues en algún momento de las pasadas elecciones, hubo un amago de confrontación entre dos extremismos. Una Keiko Fujimori (con la derecha aglutinada a su alrededor), se enfrentó  a un relativamente radical Ollanta Humala. Por ello insistimos, una contienda entre los seguidores de Fujimori y los de Abimael, por más irracional que nos parezca, no se puede descartar. Por ejemplo, si el Movadef adoptara una real o fingida imagen democrática, y nada violentista, podría aglutinar a un buen sector del electorado peruano, Pero no hay que dejarnos engañar, este grupo (tal como se presenta actualmente) es sólo una extensión del senderismo, con una ideología antidemocrática y violenta, que representa un peligro para  la democracia y para el orden constitucional peruano.

Respecto al fujimorismo, a pesar de su desprestigio, su propuesta  reaccionaria  y autoritaria (amoral es una palabra muy fuerte), continúa siendo una de las primeras fuerzas políticas del país. Lo mismo puede suceder con el Movadef. Pese a la firme oposición de las fuerzas democráticas podría continuar captando militantes para sus filas. El problema no se resuelve persiguiéndolos y metiéndolos a la cárcel sólo por sus ideas. Por el contrario, esto les daría el estatus de perseguidos políticos y consecuentemente sus demandas serían acogidas por los organismos de justicia  internacionales.

Hace algunas semanas  el Movadef cubrió buena parte de los titulares de los medios. La caída del embajador del Perú en Argentina Nicolás Linch  fue la consecuencia más efectiva de su  campaña en el extranjero. El tema no es nuevo, desde hace muchos años Sendero ha tenido un eficiente aparato de propaganda y recolección de fondos que trabaja principalmente en países europeos. Este hecho ya ha motivado que algunos de nuestros políticos hayan propuesto, desde la proscripción hasta el destierro de los miembros de este movimiento pro Sendero.

Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. La gran batalla contra los fanáticos del Movadef (y también contra los fujimoristas), es una enorme tarea política y pedagógica, pues es principalmente entre los jóvenes donde su discurso encuentra eco. Las áreas (o asignaturas) de Ciencias Sociales como Historia del Perú, Formación Ciudadana, y otras,     deben profundizar contenidos  destinados a generar  en los estudiantes una reflexión crítica, tanto sobre la violencia asesina de Sendero, como sobre la descomposición moral que ocasionó la mafia fujimontesinista. Sobre el particular, un instrumento fundamental de análisis lo constituye el resumen del Informe de la Comisión de la Verdad y de la Reconciliación.

Hay que hacerles notar a los jóvenes que, por ejemplo, el Movadef no ha abandonado para nada su discurso violentista y antidemocrático. Sólo basta ver sus pintas, para demostrar que no han dejado de creer en el llamado “Pensamiento Gonzalo” que no es otra cosa que una copia del maoísmo. Éste sostiene que la captura del poder a través de las armas, en una estrategia del campo a la ciudad, es la única forma de cambiar un país.

No obstante, irse al otro extremo no es la solución. Un ejemplo de ello es el Proyecto de Ley del Negacionismo, pues en la práctica puede convertirse en una mordaza. Hay que recordar que en los momentos más duros del terrorismo (y de la represión), leer los “Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana” de Mariátegui fue considerado por algunos macartistas como delito de Apología del Terrorismo. Claro está que si en la actualidad algun  miembro del Movadef  incurre en hechos delictivos debe caerle todo el peso de la ley.

Finalmente, es fundamental entender cómo,  a pesar de ser fuerzas antagónicas, tanto el Movadef como el Fujimorismo, han calado entre los jóvenes.  La naturaleza del último de ellos es fundamentalmente pragmática. Hacer obras y repartir alimentos, acostumbrando a la población a la dependencia, e incluso el culto a la personalidad del caudillo. La estrategia del Movadef ha sido contrapuesta. Aunque trasnochado,  este grupo tiene un substrato ideológico (al menos entre sus líderes). A través de un adoctrinamiento generacional, ha ido llenando la cabeza de sus adeptos con las ideas planteadas en los textos básicos de las variantes marxistas, desde “El Capital” hasta “El Libro Rojo” de Mao. Consecuentemente el mensaje que debemos interiorizar en nuestros jóvenes es doble. Por un lado, ninguna eficiencia gubernamental puede justificar la corrupción y la violación de los derechos humanos. Por otro lado, nunca se debe aceptar a la violencia como un medio para cambiar la sociedad.