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INTERNET ADDICTION DISORDER A LAS REDES SOCIALES

Publicado: 2010-04-25

Cuando Alfredo Bryce anotó en una dedicatoria que escribimos para que nos quieran, razón no le faltaba. En efecto, la literatura como una creación aséptica y totalmente espontánea no existe. Las motivaciones son diversas y van desde las más nobles hasta las más egoístas o materialistas. Sin embargo en todas ellas subsiste el deseo consciente o inconsciente de llamar la atención de alguien. En otras palabras un relato es un mensaje encriptado destinado a una o un grupo de personas en específico. El problema se presenta cuando fracasamos en ese propósito, pues no leen ni comentan nuestros textos.

Este mismo fenómeno se ha extendido al internet, principalmente a las redes sociales. En los temperamentos apasionados (los más propensos a las adicciones), la  ansiedad o deseo compulsivo de acceder permanentemente, por ejemplo al facebook, es en realidad el anhelo angustiante de encontrar en línea a la persona que nos atrae y despertar su interés. Esto último significa lograr que comente lo que escribimos, la  foto o el video que colgamos. En pocas palabras, que nos diga algo agradable.

Y es que la mayoría de los  internautas adictos, como los escritores, son en esencia personajes solitarios y lo que más buscan en sus lectores o visitantes es afecto. El acceso reiterado al internet es en el fondo un seguimiento (que puede degenerar en acoso) a las personas objeto de nuestro interés (amantes o amigos). La frustración que se siente cuando no responde a nuestras expectativas nos impulsa a cambiar de  estrategia, como por ejemplo, escribir algo más dulce o apasionado, o por el contrario, tratar de herirla desesperados por lograr que sintonice con nuestras emociones.

Todo ello implica ingresar a la red,  redactar y corregir los textos dirigidos a nuestra musa, y volver a ingresar para ver su respuesta. Los mensajes pueden ser tan directos y personales, o no pueden hacer la menor alusión a la destinataria. Este último caso es más angustiante, pues a la incertidumbre de ¿Leyó o no leyó?, se une otra más compleja: ¿Logró descifrar el mensaje? En ambos casos, como quien da vueltas todo el  día por la casa de la amada, nos quedamos horas y horas en línea, o salimos e ingresamos reiteradamente.

Consecuentemente, la “Internet addiction disorder”, es en esencia, el deseo compulsivo de llamar la atención de alguien que nos interesa sobremanera. Si su reacción es positiva nos ilusionaremos aún más hasta llegar incluso al asedio permanente. Si la reacción es negativa la rabia o la tristeza generada incrementará nuestra soledad y el deseo de  buscar otra proveedora de afecto en la propia red. Yo he experimentado ambas sensaciones y sólo he logrado algo de calma cortando todo contacto con la musa.


Escrito por

Billy Crisanto Seminario

Buscador incansable de la verdad. Temperamental y apasionado. Deprimido a ratos, sin embargo me llena de dicha contemplar las estrellas. Cuando me siento mal vuelo al mundo de la fantasía donde encuentro a mi musa a quien colmo de amor y luego...simplemente es


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marginal777

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